domingo, 19 de marzo de 2017

Monstruosamente divertido (R)

De Diego Vaya, con ilustraciones de Paula Grela “ALTER”. Edición bilingüe, traducción de Laura Páez. Ediciones En Huida. Sevilla. 2015.


                Desde la cubierta nos mira ¿un troll?, ¿un ogro?, ¿un yeti?,… un monstruo que, a pesar de la pelambrera y los dientes que se ven aparecer, con su cara blanca y una tímida sonrisa nos invita a entrar en las páginas del libro, sin duda para pasárnoslo bien. Más aún si desplegamos cubierta y contracubierta (o las que sirven de portadilla interior) y nos lo encontramos cómodamente tumbado esperando a que empecemos.
Y empezamos.

                Diego Vaya, escritor y docente sevillano, tiene ya una larga trayectoria como poeta, con publicaciones en solitario y participaciones en antologías, con premios destacados de entre los que señalamos el Premio Vicente Núñez con “Game Over”, donde se muestra como poeta crítico y alerta.
                Pero la dedicatoria con la que nos encontramos al abrir el libro, dirigida a un pequeño Diego, recién nacido con su pareja, le ha inclinado a escribir un poemario infantil divertido, donde pesa la rima y el ritmo tanto como las historias, de ahí que nos encontremos con un bestiario rimado lleno de chispa, aventuras y risas.

                Con diez monstruos como protagonistas de otros tantos poemas-cuentos, unos más largos que otros, vemos desfilar a un hombre-lobo del que todos se asustan pero que sufre de soledad, a una bruja un poco torpe que querría ser hadamadrina, a un monstruo que hace feliz el quitar el hipo de un susto, a un fantasma del que se ríen en vez de temerlo, a un vampiro un poco cegato, a un yeti harto de frío (al fin sabemos quién es el monstruo de la cubierta), a una momia que despierta cinco mil años después y se encuentra perdida, al Kraken que ya no es lo que era –los años no pasan en balde- , al dinosaurio Nessi muy vergonzoso como para dejarse ver y a Tritón surcando los mares.

                Pero si bien hemos dicho que los poemas son ante todo divertidos, no podemos olvidar el carácter docente de su autor y su espíritu crítico, y en todos se halla, de una u otra manera, una segunda lectura. Explícita en el caso del hombre-lobo:
Y recuerda una cosita
de esta historia tan peluda:
a veces, quien necesita,
no sabe pedir ayuda.

                En otros casos, más como un mensaje invitando a ser protagonista de su propia historia: tomar decisiones, no ser lo que no se quiere ser, o renunciar a lo que eras y buscar el amor.

                La propuesta, en el fondo, no es nueva. Darle la vuelta a las historias, versionando los clásicos con sus facetas contrarias, nos lo hemos encontrado muchas veces, incluyendo los que firmaran Goytisolo o Roald Dahl, por poner dos casos. Pero aquí están estos nuevos (los del Kraken y el Tritón, son realmente novedosos), para sumarlos y seguir disfrutando de este otro tipo de binomio fantástico.

                Y las ilustraciones, ¿qué? Ese es otro cantar.  


                La bonaerense Paula Grela  presenta un trabajo irregular, con personajes que se ve que ha disfrutado (como el Yeti o la Momia) y otros que no salen muy bien parados (como el Tritón, que debiera ser medio hombre pero solo los brazos parecen humanos); igual ocurre con las ilustraciones de fondos, donde combina dibujos geométricos con formas orgánicas, creando espacios a veces armónicos pero a veces inverosímiles como escenarios, además de unos tonos de color apagados si pensamos que son poemas infantiles los que están ilustrando.



                Pero hay algo más que es una pieza fundamental en este libro ya que es el que inicia la colección “Bilongui”, una forma divertida de decir bilingüe. Y es que el libro presenta cada poema en su versión inglesa. Y digo versión porque en verso no se puede simplemente traducir, sino que hay que intentar recrear la obra con la misma atmósfera e intención del autor pero en otra lengua y que igualmente rime.


                De esta parte se encarga la sevillana Laura Pérez, que se estrena en esta tarea. Mis conocimientos de inglés me dan para saber lo que pone pero no para valorar la riqueza que haya conseguido en el uso de esta lengua y la fidelidad para con el original.  Lo que es la iniciativa en sí, parece muy interesante ya que proliferan los colegios bilingües y materiales de este tipo siempre son necesarios y bienvenidos.

          
              Y todo vino de la mano de esta editorial sevillana con un catálogo muy ambicioso, Ediciones En Huida.

jueves, 9 de marzo de 2017

DIA INTERNACIONAL DEL LIBRO INFANTIL 2017

Es para el 2 de abril. Vamos con tiempo. Pero aquí queda recogido, ya que este año OEPLI se ha adelantado, aprovechemos, por si a alguien se le ocurre hacer algo con el texto y el cartel.

Esta es la presentación oficial del día:

Desde 1967, el 2 de abril, coincidiendo con la fecha del nacimiento del escritor danés Hans Christian Andersen, el IBBY promueve la celebración del Día Internacional del Libro Infantil con el fin de promocionar los buenos libros infantiles y juveniles y la lectura entre los más jóvenes.

Cada año una Sección Nacional tiene la oportunidad de ser la patrocinadora internacional del Día del Libro Infantil y selecciona un escritor/a representativo y a un reconocido ilustrador/a de su país para que elaboren el mensaje dirigido a todos os niños del mundo y el cartel que se distribuye por todo el mundo, y se promueva la celebración en las bibliotecas, centros escolares, librerías, etc

Este año le toca a la sección de Rusia con el poeta Sergey Makhotin (1953) y el cartel de Mikhail Fedorov (1941). 

Aquí está el texto:

¡Crezcamos con los libros!

En mi más tierna infancia me gustaba construir casitas con bloques y todo tipo de juguetes. Solía usar álbumes ilustrados a modo de tejado. En sueños, subía hasta el interior la casa, me acostaba en la cama hecha con cajas de cerillas y contemplaba las nubes o el cielo estrellado. Todo dependía de la imagen que más me gustase.

Instintivamente, seguí la ley de vida de todo niño que busca inventarse un ambiente cómodo y seguro. Para conseguirlo, un libro infantil siempre ayudaba a conseguirlo.

Después me hice mayor, aprendí a leer y en mi imaginación, un libro comenzó a parecerse más a una mariposa o incluso a un pájaro que a un tejado. Las páginas del libro eran como alas y susurros. Era como si el libro situado en el alféizar saliera volando inesperadamente por la ventana abierta hacia espacios desconocidos. Lo cogí, lo empecé a leer y el libro se tranquilizó. Después lo seguí a través de otros mundos y parajes, mientras mi universo imaginario se iba extendiendo.

¡Qué alegría tener un nuevo libro en mis manos! Al principio no sabes de qué trata. Te resistes a la tentación de abrirlo por la última página. ¡Y qué bien huele! No es posible descomponer su olor: tinta, pegamento… No, no lo es. Tiene un aroma especial a libro, uno excitante y único. Las puntas de algunas páginas se pegaban como si el libro no se hubiera despertado aún. Se despierta cuando lo empiezas a leer.

A medida que vas creciendo, el mundo a tu alrededor se va complicando. Te enfrentas a cuestiones que incluso un adulto es incapaz de resolver. Sin embargo, es conveniente poder compartir las dudas y los secretos con alguien. Y aquí es cuando el libro viene en tu ayuda. Probablemente muchos de nosotros nos hemos planteado: ¡este libro lo han escrito para mí! Y el personaje protagonista de pronto parece ser como tú. Vive los mismos problemas y los trata con dignidad. Otro personaje no se parece a ti en nada pero quieres que sea como tu ideal, pretendes ser tan valiente y capaz como él.

Me echo a reír cuando un chico o una chica dice “¡No me gusta leer!”. No les creo. Seguro que toman helado, juegan y ven películas muy interesantes. En otras palabras, les gusta divertirse. Y la lectura no es solo un trabajo duro que desarrolla los sentimientos y la personalidad, sino, antes que nada, un gran placer.

¡Precisamente por eso los autores que escriben libros para niños!